Qué ver en Gran Canaria: lugares que no puedes dejar de visitar

ESPACIOS NATURALES IMPRESCINDIBLES

La variedad de espacios naturales en Gran Canaria permite que en un territorio limitado se encuentren hitos geográficos tan diferentes como un roque, un conjunto de dunas que parece un desierto, una caldera o un barranco. Recorrer esta isla es recibir una lección de orografía e historia insular a cada paso. Algunas visitas imprescindibles relacionadas con la naturaleza que hay que ver en Gran Canaria son las siguientes.

Roque Nublo, lugar de culto

Roque Nublo, es la roca volcánica más identificable de Gran Canaria. Con sus 80 metros de alto, esta mole se eleva a 1.813 metros sobre el nivel del mar. Su origen se debe a una de las erupciones volcánicas que forjaron el archipiélago hace millones de años. Lo más curioso del Roque Nublo es su vinculación con un lugar sagrado, un espacio de culto de los antiguos aborígenes. Este es uno de los sitios que hay que visitar sí o sí en la isla.

Roque Nublo. Gran Canaria.

Dunas de Maspalomas, el pequeño desierto

Si no tienes una foto en las Dunas de Maspalomas, no has ido a Gran Canaria. Este desierto de Sahara en miniatura es uno de los paisajes más impactantes que tienes que visitar en la isla. Recorre sus dunas, disfruta de las panorámicas y termina dándote un baño en las azules aguas del Atlántico.

Dunas de Maspalomas. Gran Canaria.

Parque Natural de Tamadaba, costa e interior

El Parque Natural de Tamadaba, es un Bosques de pino canario, acantilados marinos y barrancos. Todo ello forma este espacio natural que llega desde el interior de Gran Canaria hasta besar el océano. Recorre este parque de 7.500 hectáreas a través de alguno de sus senderos y no te pierdas la belleza que se abre al visitante en observatorios como el mirador del Balcón.

Parque Natural de Tamadaba. Gran Canaria.

Monumento Natural Barranco de Guayadeque

El Barranco de Guayadeque, no es uno de los lugares más conocidos de Gran Canaria pero es una visita muy recomendable. Este barranco de laderas escarpadas avanza sinuoso durante 15 kilómetros desde el interior hasta la costa. En su recorrido se descubre parte del pasado aborigen grancanario, casas cuevas, vegetación autóctona (más de 80 especies endémicas) e, incluso, hoteles y restaurantes.

Cuenta con decenas de rutas senderistas que se prestan a descubrir sus secretos más ocultos, así que ponte tus botas de montaña y ¡a caminar!

Barranco de Guayadeque. Gran Canaria.

Cenobio de Valerón

Más de 300 oquedades de distintos tamaños en la montaña del Gallego forman el Cenobio de Valerón, un diseño original de los aborígenes canarios para guardar todo aquello recolectado durante las cosechas. De este modo se protegía de animales, de temporales y de amigos de lo ajeno. Esta zona fue declarada Bien de Interés Cultural en 1974 y es uno de los espacios más curiosos que hay que ver en el archipiélago canario.

Cenobio de Valerón. Gran Canaria.

La Caldera de Bandama

La Caldera Bandama, es uno de esos parajes sorprendentes e inusuales del planeta. Se originó tras una erupción y el hundimiento posterior de un volcán sobre su cámara magmática. Todo el entorno fue protegido como Monumento Nacional en 1994. Esta gran hondonada tiene una forma prácticamente circular, con un perímetro de 3 kilómetros y unos 200 metros de profundidad. Es recomendable subir hasta el pico más alto de la caldera, Bandama, ya que las vistas desde arriba son bellísimas.

Un dato curioso sobre su nombre es que la caldera fue comprada por un belga, Daniel Van Damme, con la intención de plantar viñedos.

Caldera de Bandama. Gran Canaria.

Cueva Pintada de Gáldar, testimonio aborigen

La Cueva Pintada de Gáldar, es uno de los tesoros arqueológicos de Gran Canaria y el testimonio vivo del uso que los aborígenes hacían de cuevas y tubos volcánicos. En la acrópolis de Gáldar se han encontrado unas 60 viviendas, que podían haber acogido más de 200 personas, además de otras oquedades que se usaban como cámaras funerarias o centros de reunión. En el caso de la Cueva Pintada, descubierta en el siglo XIX, se hallaron cadáveres y enseres domésticos. Tras una gran adaptación se ha situado en este lugar el Museo y Parque Arqueológico Cueva Pintada. Hoy día se pueden hacer visitas guiadas.