Las escapadas a alojamientos rurales siguen creciendo día tras día, especialmente cuando llegan períodos vacacionales destacados como la Semana Santa. Se prevé que para este año, el nivel de ocupación del 6 al 9 de abril alcance el 65%, algo inferior al 70% registrado en 2022. La opción preferida por los viajeros son tres noches (40%) y en familia (48%), siendo los más buscados los que tienen jardín (en el 73,5%).
Siguiendo con este estudio planteado en EuropaPress recientemente, los destinos favoritos serán Navarra, Extremadura, Aragón, Asturias y Castilla y León, que rozarán el 80% de ocupación. Por provincias, Navarra, Jaén, Zamora, Córdoba y las Palmas lideran la lista. No obstante, cada usuario elegirá un tipo diferente de alojamiento rural en función de sus necesidades, aunque todas permitiéndoles conectar directamente con la naturaleza. ¿En qué se diferencian?
Apartamentos rurales
Son alojamientos que comparten la estructura de edificio con otros apartamentos rurales o viviendas particulares, contando con diferentes dormitorios. Los apartamentos turísticos rurales están dotados de instalaciones y servicios suficientes para la elaboración y conservación de alimentos destinados a los huéspedes.
De igual modo, y como requisito esencial, los apartamentos como tipología de alojamiento rural deben contar con mobiliario y equipamiento para su inmediata ocupación, con plazas para 2-8 personas, disponer de servicios básicos (agua caliente, calefacción y teléfono), habitaciones dobles de al menos 10 m2 e individuales de 6m2, cuartos de baño con todas las prestaciones (en caso de ser para seis o más personas deberá contar con dos baños), una sala de estar y comedor con suficiente ventilación y electrodomésticos, ropa de cama y menaje, y servicios de limpieza. Además ofrecerán información de las actividades y puntos cercanos del entorno.
Casas rurales
Son alojamientos establecidos en una edificación independiente, adosada o no a otras, con diferentes dormitorios, cocina común y no siempre baño privado en cada habitación. Su arquitectura suele ser de carácter tradicional, pudiendo ofrecer o no servicio de comida, así como el alquiler total o parcial de la vivienda.
Las casas rurales como alojamiento rural están pensadas para entre cuatro y veinte personas. Sus instalaciones deben estar dotadas de agua potable (caliente y fría), servicios eléctricos, recogida y tratamiento de basuras, salón comedor, cuartos de baño para los usuarios (al menos uno por cada dos habitaciones) y ventilación exterior. El equipamiento debe ser óptimo en cocina, menaje y mobiliario, además deberá brindar servicios de desayuno, planchado y lavandería.
Hoteles rurales
Esta tipología de alojamiento rural ocupa la totalidad de un edificio, con accesos y salidas exclusivas. Debe contar con entre dos habitaciones (cuatro plazas) y 50 habitaciones (100 plazas). Se clasifican normalmente en tres categorías (de una, dos o tres hojas).
No obstante, los hoteles son un tipo de alojamiento rural que debe cumplir una serie de requisitos básicos: contar con calefacción y teléfono, disponer de bar y salón (con servicio de desayuno, lavandería y limpieza), habitaciones individuales perfectamente equipadas o dobles, aunque todas ellas con ventilación directa al exterior y baño privado.
Según la Organización Mundial del Turismo (OMT), se pueden diferenciar por su número de estrellas, que vendrá asociado por sus habitaciones, servicios y prestaciones. Un hotel rural podrá estar aislado y ser de campo, estar en un núcleo urbano, tener un número concreto de habitaciones y ser exclusivo o con encanto, o de lo contrario ser un edificio histórico o de nueva construcción.
Otras tipologías
Además de las ya comentadas, podemos destacar otras tipologías de alojamientos rurales destacables, de cara a tus vacaciones de Semana Santa. Hablamos de:
Albergues: Alojamientos individuales o colectivos con planes ocupacionales.
Camping: Instalación de acampada con servicio de alojamiento y estancias en un entorno natural.
Centro de turismo rural: Esta tipología de alojamiento rural está destinada a la restauración y el hospedaje, así como actividades complementarias de ocio y tiempo libre.
Hospedería: Es un edificio de relevancia histórica-monumental relacionada con el arte, la cultura, la historia y la gastronomía de la zona.
Hotel singular: Es un tipo de alojamiento rural en edificio de relevancia histórica-monumental y arquitectura urbana/rural en un entorno con gran valor patrimonial.
Masía: Alojamiento de origen catalán en el medio rural y arquitectura en armonía con la zona. Da la opción de desempeñar actividades agrícolas o ganaderas.
Parador: Alojamiento rural en edificio histórico-artístico o singular con servicios completos de restauración.
Posada: Alojamiento rural en edificio tradicional con servicios de salón, comedor, cocina, calefacción y habitaciones perfectamente equipadas.
Cigarral: Se trata de un alojamiento rural singular y toledano, dotado de una arquitectura rústica y conventual.
Diferenciación por actividad
Además de por sus características estéticas y físicas, así como por sus servicios, los alojamientos rurales se pueden clasificar según su actividad. Así pues podrán ser de turismo rural, donde el viajero se quiere integrar en las tradiciones típicas de los pueblos que visita y su cultura, o agroturismo, que ofrece al huésped la opción de visitar explotaciones agrícolas o ganaderas y participar en éstas.
Se le suman otras modalidades como el enoturismo, que son alojamientos en viñedos, bodegas y rutas del vino para ver la repercusión económica y social a nivel mundial del vino, visitando establecimientos emblemáticos. Por su parte, el ecoturismo nos permitirá conocer Espacios Naturales Protegidos, velando por el impacto ambiental cero, el comercio tradicional, alojamientos especializados en el avistamiento de aves y rutas ornitológicas o actividades vinculadas al reciclaje, la educación ambiental o huertos ecológicos.
Texto tomado de: https://www.zonasrurales.com