Acceso a servicios, transporte, tecnologías… oportunidades de empleo, son algunas de las ventajas que supone vivir en la ciudad. Si bien resulta beneficioso, muchas veces nos olvidamos de algo muy importante: la naturaleza. Ese verdor que le hace tan bien a nuestro cerebro y que muchas veces no aprovechamos. Precisamente aquí, es donde entran las casas rurales y la oportunidad de acercarnos más a ella.
Ahora que estamos en verano, ¿por qué no optar por vacacionar en casas rurales? Si quieres alejarte de la masividad, alboroto y el estrés que supone vivir en la ciudad, sin dudas esta es una buena opción. Pues, al acercarnos a la naturaleza y todo lo que ella incluye, podemos mejorar nuestra cognición y memoria. En este artículo, te explicamos por qué.
Los seres humanos estamos diseñados para interpretar las señales de la naturaleza
Probablemente alguna vez hayas experimentado los beneficios de la naturaleza. Sobre todo, esa sensación de paz, tranquilidad e inyección de energía que nos renueva, cosas que a veces nos perdemos por vivir en la ciudad. Por suerte, las casas rurales pueden ser esa alternativa que tanto necesitamos para reanimarnos. Después de todo, los seres humanos estamos diseñados para estar en contacto con la naturaleza.
De cierta forma, somos parte de ella. De allí, la razón de por qué le hace tan bien a nuestro cerebro visitar los campos y las zonas rurales. Aunque no podamos hablar el mismo lenguaje de otros seres vivos, estamos diseñados para interpretar lo que nos dicen. Por eso, el sonido del mar o del caudal de un río en vez de estresarnos, nos relaja. Pues, nuestra naturaleza es vivir rodeados de la madre tierra.
Casas rurales: un medio para mejorar nuestra atención
Como se sabe, las casas rurales se hayan en campos, alejadas del tráfico de la ciudad, luces incesantes y otros factores estresantes. Entonces, al estar en contacto con la naturaleza, no solo nuestros niveles de estrés bajan, nuestro cerebro descansa. Este escape provoca que nuestra mente se recupere del ajetreo diario, mientras mejora nuestra atención, ya que nuestros sentidos se agudizan.
Estudios han demostrado que el contacto con la naturaleza mejora nuestra capacidad atencional y habilidades ejecutivas. Por eso, se recomienda caminar por el bosque, la playa o la montaña, al menos por una hora. Quizás en algunas ciudades no se pueda hacer cómodamente, pero para eso están las casas rurales. Ellas nos ofrecen la oportunidad de contemplar más de cerca los atardeceres, las aves… y las mariposas.
Estímulo neuronal
El simple hecho de oler una flor, de observar un atardecer o simplemente escuchar el cantar de un pájaro nos provoca sentimientos positivos. Aunque no lo parezca, esas sensaciones se almacenan en nuestra memoria. Por ende, podemos recurrir a ellas cuando las necesitemos. Evidentemente, alejarnos de la ciudad y optar por las casas rurales es una forma de estimular nuestras neuronas y mejorar nuestra cognición.
Mayor vitalidad y mejor salud mental
Aunque no lo parezca, vivir en las ciudades acelera nuestro envejecimiento, sencillamente por los efectos negativos que trae el estrés a nuestra vida. Ahora, si decides pasar un fin de semana, periodo vacacional o simplemente vivir en una casa rural, amortiguarás esos aspectos negativos. Pues, se obtiene mayor vitalidad y mejor salud mental.
¿Cómo se manifiestan estos efectos? En menos casos de ansiedad, depresión, migrañas, enfermedades cardiovasculares, asma y otras afecciones. A veces pensamos que las causas de estos males son otras, si bien puede ser cierto, el poco contacto con la naturaleza también influye. Pues, al cohibirnos de ella, lo hacemos de nuestro hábitat natural. En efecto, no funcionamos cómo es debido.
El contacto con el campo fomenta la creatividad
Indiscutiblemente, la madre tierra nos cambia de ánimo en cuestión de minutos. Debido a que ayuda a disminuir la frecuencia cardíaca, reducir el estrés e incluso a ser más creativos. Por ello, en muchas culturas, como la japonesa, utilizan la inmersión contemplativa en la naturaleza para estimular nuestro cerebro. Eso implica desde un paseo por el bosque hasta escuchar el canto de los pájaros en el patio de nuestra casa.
La madre naturaleza aviva nuestra amabilidad
Como has podido notar, las casas rurales representan ese puente para unirnos a la naturaleza y poder disfrutar de las bondades que ofrece. Ahora, a través de este tipo de viviendas no solo podemos mejorar nuestra cognición, sino también nuestro lado emocional. Curiosamente, el entrar en contacto con el campo se activan áreas cerebrales relacionadas con el altruismo y la empatía.
En definitiva, la naturaleza activa nuestro lado humano. Por el contrario, en las ciudades, en medio del caos que la vida urbanística implica, se activa la amígdala. Se trata de una estructura cerebral que controla la ansiedad, el miedo y regula el estrés. Por eso, si vives en la ciudad busca la forma de entrar en contacto con la naturaleza o simplemente planea pasar un fin de semana en una casa rural.
Texto tomado de: https://www.zonasrurales.com